jueves, 25 de noviembre de 2010

EL OLIVO Y EL OLIVO SILVESTRE

LA FIGURA DEL OLIVO Y DEL OLIVO SILVESTRE

BREVE EXPOSICIÓN DE ROMANOS 11:16-24
 

Veamos una traducción literal de estos versículos:

"16 Mas si la primicia [es] santa, la masa también; y si la raíz es santa, las ramas también. 17 Mas si algunas de las ramas fueron arrancadas, y tú, siendo olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas, y fuiste hecho copartícipe de la raíz y de la savia del olivo, 18 no te jactes contra las ramas: mas si te jactas, no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19 Dirás, pues: [las] ramas fueron arrancadas para que yo fuese injertado. 20 Bien, por la incredulidad fueron arrancadas, y tú por la fe permaneces. No te enorgullezcas, sino teme: 21 pues si Dios no eximió a las ramas naturales, tampoco te eximirá a ti. 22 He aquí, pues, [la] bondad y [la] severidad de Dios: severidad para con los que cayeron; bondad de Dios, para contigo, si continúas en su bondad: de lo contrario tú también serás cortado. 23 Y ellos también, si no perseveran en la incredulidad, serán injertados; porque poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. 24 Porque si tú fuiste cortado del árbol de olivo silvestre por naturaleza, y contra naturaleza fuiste injertado en buen olivo, ¡cuánto más éstos que son por naturaleza, serán injertados en su propio olivo!"

INTRODUCCIÓN: EL CONTEXTO DE LA SIMBOLOGÍA

Es importante ver ante todo el contexto de esta figura del olivo para no perder de vista de qué se está hablando. Pues se venía hablando de un REMANENTE ESCOGIDO POR GRACIA, se cita a Pablo (v. 1-2), luego a Elías (v. 2-4), y por último al remanente que quedaba en esos días (v. 5), "los escogidos", como son llamados en el v. 7, aunque sólo POR GRACIA EN CONTRASTE CON LAS OBRAS (6). Esto demuestra MUY CLARAMENTE que LA MAYORÍA del pueblo de Israel estaba endurecida, como leemos en los v. 7-10. De este endurecimiento de la MASA del pueblo (excepto un RESTO ESCOGIDO POR GRACIA) se cita Isaías 29:10; Deuteronomio 29:4 y Salmo 69:22-23). Si vamos así a la figura del olivo que sigue, entendemos POR EL CONTEXTO que LA MASA DEL PUEBLO ENDURECIDA está representada por LAS RAMAS ARRANCADAS. Es decir, el simbolismo de las ramas desgajadas del olivo se explica por la misma Escritura, mientras que las ramas que quedan de israelitas, son una minoría llamada "REMANENTE ESCOGIDO POR GRACIA". Pablo, por ejemplo, era parte de estas ramas que no fueron arrancadas. Esto NO significa que Pablo no fuera ya parte del nuevo pueblo de Dios para la tierra que es la iglesia, donde las diferencias nacionales desaparecen. Pero sigamos el contexto. El versículo 11 habla claramente de una caída nacional, y se ve el contraste entre la caída de Israel ("fracaso" en el v. 12), y su ulterior "PLENA RESTAURACIÓN". COMPÁRESE EL CONTEXTO SIGUIENTE DE LOS V. 25-31, donde se contrasta también la situación de caída nacional de Israel con su futura restauración: ahora son "enemigos del Evangelio" (v. 28), y "desobedientes" (v. 31). Ahora bien, este pasaje de Romanos 11 NO dice cómo Israel HOY ha de acercarse a Dios, y en qué condición colectiva viene a parar tras su fe en el Evangelio de la gracia: esto es, por medio de la fe en el Evangelio, viene a formar parte del un cuerpo de Cristo donde no hay diferencia entre judío y gentil. Esto no se enseña ni se vislumbra en Romanos 11 porque no es su objetivo. Sí enseña Romanos 11 que:

1) Israel ha sido desplazado por su incredulidad y que luego ha de ser restaurado

2) En el medio del tiempo entre su endurecimiento, caída, desobediencia, fracaso o expulsión (los cinco términos que usa la Escritura) los GENTILES entran en la escena: a esto la Escritura llama: "salvación" (v. 11); "la riqueza del mundo", "la riqueza de los gentiles" (v. 12). "la reconciliación del mundo" (v. 15); "la plenitud de los gentiles" (v. 25). Y entran en la escena JUNTO CON EL REMANENTE CREYENTE EN CRISTO DE ISRAEL (remanente: v. 1, 5, 14, 25).

Lo que NO se enseña aquí es la verdad de la IGLESIA en el sentido de QUÉ forman, unidos, los creyentes de origen judío y los gentiles hoy, o sea, la iglesia en los términos de Efesios 2. Como esta enseñanza NO se da en Romanos, no debemos forzarla ni procurar imaginarla aquí, pues simplemente no está.

Veamos el versículo 15:

Aquí habla claramente de EXPULSIÓN (RECHAZO, EXCLUSIÓN) de Israel hoy, lo cual es LA RECONCILIACIÓN DEL MUNDO. Y, en contrapartida, se habla también de su porvenir como ADMISIÓN o RECEPCIÓN, lo cual se dice ser “VIDA DE ENTRE LOS MUERTOS". De nuevo, en el ínterin, entre su muerte y resurrección futura, los gentiles entran en la escena junto con un pequeño remanente, todos por la fe.

Leamos Deuteronomio 32:15-21. Israel ocupará de nuevo el primer lugar y las naciones el último, al revés de hoy. Esto será su "PLENA RESTAURACIÓN" (v. 12).

LA FIGURA DEL OLIVO Y SUS RAMAS

Una vez que analizamos el contexto, podremos entender mejor el simbolismo del apóstol a través de una figura del olivo que él emplea para proseguir exponiendo EL MISMO TEMA, PERO AHORA ILUSTRADAMENTE. Si entendimos el contexto, entenderemos perfectamente la figura del olivo de que se vale el apóstol para ILUSTRAR y DAR VIGOR Y CLARIDAD al mismo tema que viene desarrollando, y que sigue después. Por eso el contexto, como siempre, es muy importante.

El apóstol, pues se vale, bajo la dirección del Espíritu, de la imagen de un olivo y sus ramas. Las ramas, debido a su unión natural con la raíz, participaban de la savia del árbol, pero, a causa de su desobediencia, fueron arrancadas para HACER LUGAR A OTRAS RAMAS, las cuales, por naturaleza, no tenían ningún vínculo con el olivo, pero fueron injertadas por gracia.

¿Qué representa el olivo, su raíz, sus ramas, y el olivo silvestre con sus ramas?

El significado de estos símbolos se resuelve si emprendemos el estudio a partir del CONTEXTO, o sea, de todo lo que analizamos en la introducción: Israel rechazado hoy, y los gentiles.

No hay que perder de vista que se venía hablando de la "exclusión" de Israel como nación, y de la consiguiente bendición de los gentiles (la reconciliación del mundo).

¿ESTÁ LA IGLESIA MENCIONADA O VINCULADA EN ROMANOS 11?

Notemos de entrada que aquí no tenemos nada en relación con los consejos ETERNOS de Dios concernientes a la IGLESIA, el un cuerpo de Cristo actual. La iglesia no sólo no es mencionada aquí, sino que ni tan siquiera es sugerida.

En esta figura no se mencionan ni se tratan estos temas:

- La iglesia, un cuerpo de Cristo formada por judíos y gentiles sin distinción nacional, siendo todos UNO en Cristo (esta verdad nueva, se desarrolla en Efesios principalmente)

-Los designios de la gracia salvadora de Dios (esto se desarrolla en los primeros capítulos de la Epístola)

- La posesión de la vida eterna por parte del hombre, judíos o gentiles (se trató antes ya en forma individual delante de Dios)

- La lealtad de la profesión personal

Al introducir algunos de estos elementos en la enseñanza dispensacional del apóstol, se ha tornado confusa toda su enseñanza que nada tiene que ver con estas cuatro cuestiones, y menos con la iglesia. ¿Qué presenta, pues el apóstol?

ARGUMENTO

Es lo mismo que vimos en el contexto, o sea, no se trata de la vocación o de los privilegios celestiales de la iglesia, sino de LOS PRIVILEGIOS TERRENALES DE LOS JUDÍOS Y DE LOS GENTILES EN RELACIÓN CON LAS PROMESAS Y EL TESTIMONIO DE DIOS EN ESTE MUNDO. SE TRATA, PUES, DEL TESTIMONIO COLECTIVO DE DIOS EN LA TIERRA.
EL TEMA ES PRIVILEGIO Y RESPONSABILIDAD SOBRE LA TIERRA SEGÚN EL TESTIMONIO QUE CORRESPONDA: PRIMERO EL DE ISRAEL, LUEGO DE LA CRISTIANDAD (O LOS GENTILES).

RELACIÓN DE LA IGLESIA CON LA FIGURA DEL OLIVO

Si comprendemos la doctrina de la iglesia como cuerpo único de Cristo, unida a él en el cielo, y formada por judíos y gentiles sin ninguna distinción, veremos en seguida que, aquí en la figura del olivo, la iglesia no entra en la escena. Por empezar, "el misterio de Cristo y de la iglesia" (Efesios 5:32) es algo NUEVO que no existía ni fue revelado en el Antiguo Testamento (Efesios 2:14-16; 3:5-6, etc.), y en los Evangelios el Señor se refiere a ella como algo futuro (Mateo 16:18). Además, la iglesia no tiene nada que ver con la naturaleza, esto es, sus miembros no la forman por ser o no ser descendientes de Abraham, como el caso de Israel o los gentiles, sino que trasciende lo natural. No hay tal cosa como «miembros arrancados» de la iglesia, pues los que la forman son todos regenerados y salvos por Cristo para siempre. El olivo, en cambio, tiene que ver con privilegio y responsabilidad en la tierra, con profesión de fe. Por eso los beneficiarios de los privilegios, pueden ser cortados por incredulidad. Vemos, pues la tremenda necesidad de tener en claro la doctrina de la iglesia según se presenta en las epístolas que la tratan, principalmente Efesios, y tener presente la más estricta diferenciación entre Israel y la iglesia como dos entidades distintas.

Hagamos una digresión aquí y veamos un poco más a fondo el lugar distintivo de la iglesia, cuerpo de Cristo. La creencia común es que ser nacido de Dios y justificado por la fe constituye la sustancia y la suma de nuestra bendición actual. Pero hay más que eso revelado para nosotros en la Palabra. Todos los santos son necesariamente nacidos del Espíritu, pero el bautismo del Espíritu tuvo lugar recién a su descenso en Pentecostés, de lo cual depende la iglesia o el un cuerpo de Cristo (1.ª Corintios 12:13; compárese con Hechos 1:2). El don del Espíritu, no dado antes de la redención, sería el permanente privilegio del cristiano: el Consolador iba a permanecer y a morar con los discípulos para siempre. Incluso en cuanto a la justificación por la fe, Romanos 4 señala una diferencia entre Abraham y nosotros: él creyó que Dios era capaz de cumplir Su promesa. Pero nosotros creemos en aquel que resucitó de los muertos, a Jesús nuestro Señor, DESPUÉS que muriese por nuestros pecados en la cruz. El Antiguo Testamento tenía promesas. Pero nosotros descansamos en su cumplimiento, de ahí la marcada diferencia. Gálatas 4 muestra que aun los verdaderos santos de antaño estaban en esclavitud, pero que ahora es una cuestión de adopción de hijos: clamamos, por el Espíritu, Abba Padre. La herencia de la promesa es sobre un terreno en común. Pero, a consecuencia de la redención cumplida, ella consiste de una bendición totalmente nueva y superior. Y esta diferencia se acentúa cuando pensamos ya no en los privilegios de un individuo, sino en nuestras relaciones corporativas.

El árbol de olivo del testimonio conforme a la promesa no es lo mismo que la casa de Dios ni el Cuerpo de Cristo único sobre la tierra. Nadie niega la continuidad del árbol, aun cuando ramas naturales son arrancadas por su incredulidad para dar paso al injerto de las ramas del olivo silvestre gentil, el cual, si no persevera en la bondad de Dios, será cortado, para dar paso de nuevo al injerto de las ramas naturales una vez más, y así “todo Israel será salvo”. Pero esto es diferente de Efesios 2, donde los dos ―judíos y gentiles― son formados en UN SOLO Y NUEVO HOMBRE: el UN cuerpo de Cristo o iglesia, el cual un cuerpo no es ni judío ni gentil. Durante el Antiguo Testamento la pared intermedia no estaba derribada, ni tampoco ambos fueron hechos "un solo cuerpo". Esto es algo enteramente nuevo y desconocido. Incluso durante el ministerio del Señor en la tierra, Él dijo: "No vayáis por camino de gentiles, ni entréis en ciudad de samaritanos" (Mateo 10:5)

Mas una vez que el Señor murió y resucitó, Él envía a sus discípulos a todo el mundo. Era imposible que la iglesia (edificada sobre el fundamento apostólico) comenzara antes que el Cristo ascendido diera dones de "apóstoles y profetas".
Así pues, si bien hay beneficios individuales que todo santo goza por la gracia de Dios en Cristo, hay también privilegios grandes y nuevos que fluyen de la redención cumplida y de la presencia del Espíritu Santo en la tierra, que nos asocia en unidad con Cristo glorificado en lo alto. He aquí la particular bendición de la iglesia.

Volvamos a la figura del olivo ahora.

EL OLIVO

El olivo, imagen del aceite, es el árbol de las promesas de Dios, hechas en otro tiempo a Abraham, "primicias" de la masa, o "la raíz" de este árbol.

En los días que siguieron al diluvio, la humanidad se entregó a la idolatría (Génesis 11:1-9; Josué 24:2). Dios entonces llamó a Abraham y le apartó de las naciones y le llevó a la tierra que le daría a su descendencia. Abraham vino a ser así el padre de una familia que, según la carne, poseía las promesas de Dios. Su simiente, la de Israel, llegó a ser ese árbol privilegiado del cual él mismo era la raíz. En otro sentido, Abraham también fue padre no sólo de su simiente según la carne, sino de todos cuantos fueron bendecidos con él (Gálatas 3:14). El tronco del árbol o "las ramas naturales", es Israel, y por más que algunas ramas hayan sido reemplazadas por su incredulidad, ello no le impide ser el árbol de las promesas hechas en Abraham, y que no puedan sufrir cambio alguno.

Puesto que Abraham, las primicias, caminó como testigo de Dios conforme a su llamamiento de separación, la raíz fue SANTA. Pero la maldad se acrecentó en Israel hasta el punto culminante de rechazar al Mesías. Por eso Dios desgajó en juicio algunas ramas, y esto significa EL PUEBLO DE ISRAEL, BENDECIDO EN ABRAHAM, EL CUAL FUE PUESTO DE LADO POR SU INCREDULIDAD, Y LOS GENTILES ―EL OLIVO SILVESTRE― FUERON INJERTADOS EN SU LUGAR SOBRE EL BUEN OLIVO Y VINIERON A SER COPARTÍCIPES DE LA RAÍZ Y DE LA SAVIA DE ESTE ÚLTIMO. Los gentiles que hasta entonces habían crecido como olivos salvajes, alejados de toda relación con el árbol de la promesa, gozan ahora de las bendiciones de ese árbol. La bendición de Abraham, alcanzó a los gentiles en Cristo Jesús (Gálatas 3:14).

¿DEBÍAN JACTARSE LOS GENTILES?

¿Tenían, pues, un motivo los gentiles para jactarse con respecto a las ramas? No. Los judíos, descendientes de Abraham según la carne, formaban parte, por su nacimiento, del árbol de la promesa y por su incredulidad habían perdido ese lugar. Cuando el cumplimiento de las promesas en Cristo les fue ofrecido, lo rechazaron y, apoyándose en su pretendida propia justicia, menospreciaron la bondad de Dios. Entonces Dios puso en su lugar a los gentiles. ¿Éstos, por lo tanto, debían creerse mejores que las ramas cortadas, y gloriarse contra ellas? No; primeramente debía decirse que era la raíz la que les sustentaba y no ellos los que sustentaban a la raíz (v. 18). En otras palabras, que únicamente la gracia incondicional de Dios era la que les había llevado a ocupar ese lugar. ¿Qué mérito tenían? Este injerto no se había hecho sobre el fundamento de alguna actividad de parte de ellos, sino únicamente sobre la base de su fe en el Cristo rechazado por Israel. Sólo a la soberana bondad de Dios le debían este nuevo lugar que ocupaban por la fe. Por consiguiente, no tenían ningún motivo para gloriarse. Por eso termina así Pablo: "No te enorgullezcas, sino teme: 21 pues si Dios no eximió a las ramas naturales, tampoco te eximirá a ti" (v. 20, 21). Lo que les convenía, pues, era un santo temor a fin de que no les ocurriera lo mismo que a Israel. ¿Acaso Dios les perdonaría a aquellos que no habían perdonado a las ramas naturales?

ADVERTENCIAS PARA LA CRISTIANDAD

"He aquí, pues, [la] bondad y [la] severidad de Dios: severidad para con los que cayeron; bondad de Dios, para contigo, si continúas en su bondad: de lo contrario tú también serás cortado. 23 Y ellos también, si no perseveran en la incredulidad, serán injertados; porque poderoso es Dios para injertarlos de nuevo" (v. 22, 23)

Esto debía obrar profundamente en el corazón de los creyentes gentiles. Ellos experimentaron la bondad de Dios, pero Israel la severidad. Pero ahora ellos debían permanecer en esa bondad, sino querían correr la suerte de Israel.
Lamentablemente la Historia de la Iglesia demuestra el fracaso en continuar en la bondad de Dios. ¿El fin? Ellos también serán cortados, tal como lo fue Israel.

El olivo en el transcurso de los tiempos, puede cambiar su forma exterior, su apariencia, pero sigue siendo lo que es, mientras que las ramas naturales "si no perseveran en la incredulidad, serán injertados; porque poderoso es Dios para injertarlos de nuevo" (v. 23). La infidelidad del hombre no tiene influencia sobre los designios de Dios y no los anula, pues sus dones de gracia y su llamamiento son irrevocables (v. 29)

LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL

Israel será vuelto, sobre una base completamente nueva, a su antiguo lugar, y no implantado en la iglesia cristiana, de la cual los judíos nunca formaron parte como pueblo. "Porque si tú fuiste cortado del árbol de olivo silvestre por naturaleza, y contra naturaleza fuiste injertado en buen olivo, ¡cuánto más éstos que son por naturaleza, serán injertados en su propio olivo!" (v. 24). El juicio de las ramas gentiles permitirá que los judíos sean nuevamente injertados en el olivo. Y esto es lo que desarrolla el apóstol en los versículos siguientes (25-27), que es la tercera y más contundente prueba de que Dios no rechazó a su pueblo pecador, sino que lo hará volver al Mesías, a quien rechazaron, con todo su corazón.

Flavio H. Arrué

1 comentario:

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