jueves, 25 de noviembre de 2010

EXTRACTOS DE JOHN NELSON DARBY

¿QUÉ ES UNA DISPENSACIÓN?

Extractos de J. N. Darby





DISPENSACIONES Y PERÍODOS DE TIEMPO DISTINGUIBLES

Si bien hay un período de tiempo distinguible desde la caída de Adán hasta el diluvio, el tal no constituye, estrictamente hablando, una dispensación.

«Durante el período transcurrido entre la expulsión de Adán del paraíso terrenal y el diluvio, el hombre era una sola familia, una sola raza. No había ninguna idolatría. El hombre fue dejado a sus propios caminos (no sin testimonio, sino sin ninguna restricción desde afuera), y el mal se tornó insoportable: el diluvio puso fin a esto. Después de este evento, de este juicio de Dios, un nuevo mundo comenzó, y se introdujo el principio del gobierno. El que matare a otro hombre, sería él mismo ejecutado (Génesis 9:6): se puso así un tope a la violencia, un freno contra el pecado exterior. La corrupción del corazón en un mundo distanciado de Dios permaneció tal como siempre lo fue. Pero aunque aún no había naciones, el destino de varias razas, tal como lo ha sido hasta el tiempo actual, comenzaba a alborear al menos proféticamente. Noé fracasó en la posición en la cual había sido puesto después del diluvio, al igual que Adán en el paraíso, conforme el hombre siempre lo hizo» (J.N.Darby, Collected Writings 22:340).

Puesto que muchos lectores han estado acostumbrados a pensar en la «inocencia» y en la «conciencia» como dispensaciones, y puesto que Darby no aceptaba la idea de que hubiese dispensaciones antes del diluvio, podemos preguntarnos: ¿Qué es lo que él entendía por una «dispensación»? Él no le atribuía a la palabra la importancia que algunas personas le dan:

«Yo no me aferro a la palabra dispensación, aunque es generalmente empleada para especificar un cierto estado de cosas, establecido por la autoridad, durante un período determinado» (J.N.Darby, Collected Writings 1:169).

Sea como fuere, es claro que Darby no pensaba que todo período de tiempo distinguible era una dispensación. Había un elemento necesario que precisaba estar presente para que una edad fuese una dispensación:

«Una dispensación es cualquier trato ordenado de Dios en que el hombre ha sido puesto antes de su caída (*), y que, habiendo sido probado, ha fallado, y, por tanto, Dios se ha visto obligado a actuar por otros medios» («The Dispensations and the Remnants» Collectania, p. 41, 1839). (*N: del T.― Se refiere a una caída con respecto al dispuesto orden y camino de Dios, como por ejemplo cuando Noé se embriagó después de recibir el gobierno).

De hecho, la introducción de una dispensación, dependía de la introducción del gobierno. En un mensaje con fecha de junio de 1839 dado en Leamington, J.N.D. señaló:

«Antes de la propia dispensación de Dios, tenemos el mundo antediluviano: lo que no es exactamente una dispensación, sino un cuerpo de hombres dejados, en cierto sentido, a sí mismos. Había un testimonio, como en Enoc y en Noé, pero no un orden o sistema dispensado [administrado] mediante el cual Dios actuara en el gobierno de la tierra. Vemos aun en esto, que Dios actúa en la gracia de su propio carácter. Noé fue un testigo fiel; en él yacía el gran principio [de la fe], aunque esto no era estrictamente una dispensación» («The Dispensations and the Remnants» Collectania, p. 42).

LA PALABRA AION

Respecto de la palabra aion, edad, J. N. Darby escribió:

«…formado por aion. Esta última palabra es empleada por autores de griego clásico para “la vida de un hombre”, y en la Escritura para “dispensación” (o curso de eventos en este mundo ordenados por Dios sobre la base de algún principio particular…» (J.N.Darby, Collected Writings 7:41).

De nuevo vemos aquí que Darby entendía que a fin de que hubiese una dispensación, era necesario la introducción de algún principio particular por parte de Dios. Es insuficiente que uno meramente distinga un aion, o siglo, edad, y, estrictamente hablando, lo llame una dispensación. De modo que, estrictamente hablando, las dispensaciones tienen que ver con la prueba del primer hombre durante las edades desde el diluvio hasta la cruz, después de lo cual Dios estableció al segundo Hombre en resurrección. Esto ha de tenerse en cuenta también en vista del hecho de que J.N.D. a menudo empleaba la palabra dispensación de una manera convencional, cuando hablaba del presente período.

Hebreos 9:26 y 1.ª Corintios 10:11

Hay un número de interesantes comentarios que tratan de nuestro tema en las notas de J. N. Darby acerca de Hebreos 9:26 y 1.ª Corintios 10:11:

“Pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26).

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1.ª Corintios 10:11).

J. N. Darby escribió:

«El Señor, al hablar de su muerte, dijo: “Ahora es el juicio de este mundo” (Juan 12:31); y en Juan 15:24: “Pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.” Por lo tanto, dice en Hebreos 9:26: “Pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre.” La cruz fue moralmente el fin del hombre; pero, al mismo tiempo, y por el mismo hecho en la muerte de Cristo, fue puesto el fundamento de la nueva creación conforme a la justicia de Dios. El mismo hecho que, de parte de Dios significó el fin del primer Adán, puesto que su raza rechazó al Hijo de Dios, ha puesto también el fundamento de la nueva condición del hombre en el segundo [último] Adán. Cristo fue hecho pecado en la cruz; el pecado fue juzgado allí, y el viejo hombre hecho a un lado para siempre» (J.N.Darby, Collected Writings 33:339, 340). 

“La consumación de los siglos” son todos los caminos de Dios con el hombre para probar su condición general. En este sentido general, el estado de inocencia comenzó; pero la relación propia es lo que viene después de la caída, pero no mirando al hombre como perdido, sino probando su estado y ver si era recuperable, o si estaba perdido y necesitaba ser salvo. Sin ley, bajo la ley, Dios manifestado en carne, fueron las grandes características de esto [de la prueba del primer hombre]. Por eso en Juan 12:31 el Señor dice: “Ahora es el juicio de este mundo.” Aunque siempre hubo un testimonio, antes del diluvio no había instituciones religiosas, excepto el hecho de los sacrificios. Después tuvo lugar el gobierno, las promesas a Abraham, mostrando la gracia que separaba a uno de un mundo idólatra y que lo hacía cabeza de una nueva raza [no es una descripción exacta]; la ley; los profetas, y, a lo último, la venida del Hijo, no su ofrecimiento. Entonces Dios puso el fundamento de sus propios propósitos en justicia (Letters of J.N.Darby 3:442).

«La expresión “los fines de los siglos”, que se encuentra en 1.ª Corintios 10:11, es más bien extraña; pero para preservar el sentido del griego, no podríamos decir “los últimos tiempos” ni tampoco “el fin (la consumación) de los siglos”, y menos todavía “el fin del mundo”. El fin de los siglos aún no ha llegado; pero todas las diferentes dispensaciones por la cuales Dios se puso en relación con el hombre, en tanto estuvieron relacionadas con la responsabilidad del hombre, convergieron en un punto, y fueron llevadas a su fin en la muerte del Señor Jesús. Después de eso ―tan grande como había sido la longanimidad de Dios―, estableció una nueva creación. Hemos, pues, usado la traducción literal “los fines de los siglos” (J.N.Darby, Collected Writings 13:169). 

«Por eso se trataba moralmente de la consumación de los siglos» (J.N.Darby, Synopsis 5:224; véase Collected Writings 10:275; 27:393).

«… por cuanto la historia moral del hombre ha terminado. La gracia no ha terminado» (J.N.Darby, Collected Writings 34:295; véase también 32:235; 29:194).

«”En el fin del mundo”, es decir, en el fin de las dispensaciones ―no de la dispensación― “en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”. En consecuencia, tomo la obra de Cristo como el fundamento sobre el cual yo ya estoy con Dios» (Notes and Jottings pág. 35).

«Respecto 1.ª Corintios 10:11, no se trata de Israel, quien es la figura, sino de lo que le sucedió a Israel ―de los caminos de Dios con Israel―. Las mismas cosas que le sucedieron a Israel, fueron escritas para nuestra instrucción, quienes nos hallamos al final de las dispensaciones de Dios» (J.N.Darby, Collected Writings 26:248).

Está  claro por las Escrituras que el primer hombre ya no está más bajo prueba desde que Cristo fue rechazado, y por eso nos encontramos al final de las dispensaciones de Dios. De ahí que no haya ninguna prueba dispensacional ahora:

«En 1.ª Corintios 10:11, no es “el fin del mundo”, sino “la consumación de los siglos”. El mundo ahora no está bajo ninguna dispensación, pero todo el curso de los caminos de Dios con él están terminados hasta que Él venga a juzgar. El hombre estuvo bajo responsabilidad desde Adán hasta Cristo, y entonces nuestro Señor dice: “Ahora es el juicio de este mundo”» (J.N.Darby, Collected Writings 26:248).

¿Y qué acerca del tiempo presente entonces?

«La Escritura, el Señor mismo allí, habla de períodos llevados a cabo bajo Dios sobre diferentes principios (que son justamente llamados dispensaciones), mientras que uno de los períodos del autor nunca es llamado οικονομια, tampoco esta palabra se aplica ni significa nunca un período en absoluto. “Así será al fin de este siglo” (του αιωνος του) (Mateo 13:49), dice el Señor. Así Él apareció “en la consumación de los siglos” (επι συντελεια των αιωνον) (Hebreos 9). Ahora bien, αιων (aion), en esos pasajes, claramente significa, un período o curso de tiempo en que han regido ciertos principios de parte de Dios. Por eso, hasta el fin del siglo, el juicio, que extirpa de este mundo, no ha de ser ejecutado por los siervos del Señor; mientras que, al final del mismo, el juicio reunirá del reino del Hijo del Hombre todas las ignominias. Y por esta misma razón también este presente siglo es llamado, no, según mi juicio, una dispensación, sino un paréntesis, por cuanto el Señor Jesús habla de “este siglo” cuando estuvo en la tierra, del mismo modo que aquello que concluirá por el juicio al fin; pero éste era un período relacionado con Sus relaciones con los judíos, y que no será concluido hasta que esté Él mismo presente en persona; mientras que, en el intervalo, ha sido reunida la Iglesia de los primogénitos para el cielo» (J.N.Darby, Collected Writings 13:155).

Las citas anteriores requieren meditación por parte del lector a fin de digerir su contenido. Pueden verse juntamente con el cuadro de «Las tres dispensaciones», el que ilustra estos pensamientos y puede ayudar a comprenderlos mejor.

La palabra οικονομια (economía)

Hay otra palabra en el Nuevo Testamento además de αιων (aion o edad, siglo) que tiene que ver con nuestro tema: οικονομια, la cual es traducida por mayordomía, dispensación o administración. Una tabla de su uso puede ayudarnos a entender su significado:


TABLA 1
VERSÍCULO
REINA-          VALERA 1960
J. N. DARBY francés
J. N. DARBY inglés
W. KELLY
Lucas 16:2, 3, 4
mayordomía
administration
stewardship
stewardship
1.ª Corintios 9:17
comisión
administration
dispensation
administration
Efesios 1:10
dispensación
administration
dispensation
administration
Efesios 3:2
administración
administration
administration
administration
Efesios 3:9
dispensación
administration
administration
administration
Colosenses 1:25
administración
administration
dispensation
dispensation
1.ªTimoteo 1:4
edificación
administration (*)
dispensation
dispensation

(*) Textus Receptus: “edificación”

Para Darby, la palabra οικονομια (economía) no significaba un período de tiempo:

«Niego absolutamente que el estado adámico sea llamado una οικονομια, o que οικονομια signifique un período de tiempo en alguna parte» (J.N.Darby, Collected Writings 13:161).

En relación con este hecho, Darby señaló:

«Pero hay otra palabra empleada en la Escritura que da distintos períodos… que los cristianos en general llaman dispensaciones, cuando los principios sobre los cuales se llevan a cabo son distintos; me refiero a la palabra αιων (aion, edad, siglo) y a αιωςες. De éstos habla la Escritura, pero nunca habla en absoluto de οικονομια como de un período de tiempo» (J.N.Darby, Collected Writings 13:153, 154).

No obstante, hay una administración venidera (Efesios 1:10) que estará vigente durante los mil años de reinado de Cristo, como lo podemos apreciar de la siguiente cita donde Darby dice que la palabra significa “administración”.

«… οικονομια no significa cabeza de la creación en absoluto, sino administración;… Doy el pasaje literalmente: “dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación [Darby lit.: administración] del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia…” (Efesios 1:9-11, versión Reina-Valera 1960). Ahora bien, οικονομια, administración, aquí es una palabra de lo más simple posible. El tipo particular de administración es reunir todas las cosas en Cristo» (J.N.Darby, Collected Writings 13:155, 156).

Con respecto al uso incorrecto de la palabra “dispensación” y el tiempo presente, Darby escribió:

«Y nótese qué extraordinaria confusión introduce el Sr. Oliver en su crítica de esa palabra, diciendo que ‘La presente dispensación es la dispensación de la gracia de Dios’ (pág. 111). Pero este pasaje sólo habla de un ministerio confiado a Pablo, “habéis oído de la administración (ministerio, economía) de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros” (Efesios 3:2). Aquí podemos ver el significado que señalé, el sentido primitivo de la palabra; es alguien a quien se le ha confiado la distribución y administración en la casa. Pero ¿podría alguno decir que la presente dispensación, en el sentido ordinario de la palabra, fue confiada a Pablo? Sería ridículo.»

En 1.ª Corintios 9:16,17 se dice que la palabra de evangelización es una administración (oikonomia) que le ha sido confiada. Una vez más déjeme preguntar: ¿era la presente dispensación, en el sentido en que todo el mundo lo toma, confiada a Pablo? El apóstol usó la palabra “administradores (o mayordomos)” (1.ª Corintios 4) en el mismo sentido, aplicándola al ministerio» (J.N.Darby, Collected Writings 1:289, 290).

El tiempo durante el cual los santos están sentados en los lugares celestiales en Cristo Jesús (Efesios 2:6), entonces, estrictamente hablando, no es una dispensación: Asimismo, no es una administración; porque, si bien los santos son ahora llamados y sentados en los lugares celestiales, ellos no tienen gobierno que les haya sido encomendado, como lo tenía Israel. El período presente es un paréntesis, un «paréntesis celestial», como W. Kelly bien lo llamó. Estar sentados en los lugares celestiales, en Cristo Jesús, es un paréntesis celestial; no estaban los santos antes de Pentecostés en esta posición, ni lo estarán los santos después del arrebatamiento, aunque los santos de ahora, o sea nosotros, siempre lo estaremos.

(J. N. Darby’s Teaching Regarding Dispensations, Ages, Administrations and the Two Parenthesis, R.A.H.)



NOTA

DISPENSACIÓN NO SIGNIFICA UNA EDAD, SIGLO O PERÍODO DE TIEMPO

«Puesto que Efesios 1:10 contiene varias palabras y cláuslas que por lo general no se entienden, puede agregarse en esta nota que la palabra “dispensación” (οικονομια) no hace referencia a ningún período de tiempo particular o edad (lo cual en el Nuevo Testamento se expresa mediante la palabra αιων (aion). Significa «mayordomía» o más bien «administración», cuya forma particular aquí lo constituye la suma total, encabezamiento o reunión (ανακεφαλαιωσις) de todas las cosas, celestiales y terrenales, bajo Cristo. Esto tendrá lugar en “la era venidera”, cuando Cristo sea manifestado como Cabeza sobre todas las cosas, y los santos glorificados reinen con él. Tampoco es esta edad, durante la cual se le permite todavía a Satanás reinar como “el dios de este mundo”, el “príncipe de la potestad del aire”; ni es el estado eterno, cuando todo gobierno haya sido suprimido, y Cristo haya entregado el reino, para que Dios sea todo en todos. Se trata del milenio interviniente. Éste constituirá “la plenitud de los tiempos”, habiendo sido los previos períodos de tiempo la preparación necesaria para él. Mientras tanto ―una vez efectuada la redención a través de la sangre de Cristo― el Espíritu Santo sella al creyente, y constituye las arras de la herencia» (W. Kelly, Lectures on the Epistle of Paul, the Apostle, to the Ephesians, London: Morrish, p. 27, nota, sin fecha).


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